martes, 12 de enero de 2010

UN POEMA A LA MUJER INVISIBLE.

A D

Mujer esbelta y armoniosa
Tienes la piel de canela
Y los cabellos negros.
Parecen unas manzanas
Tus labios
En el celeste cielo de tus ojos.
Yo he pecado al besarte
Y mi memoria conserva el temor
Del eco vacilante de la indecisión.
De tu ser
Nace el alimento
Y el hambre.
Tu alma es de dos
Y tu cuerpo
De uno.
Hoy he creído ser de ti
Entrando tantas veces
Y saliendo
Una vez.
La luna surge
Hermosa, plena y misteriosa
En el interminable cielo.
La noche es larga
Como un llanto eterno.
Tu reino se aleja
Entre
La multitud.
Mis ojos educados
Te saludan
Tan cargados de llanto.
Mis manos groseras
Te tocan
Mas no encienden la llama.
Mi mente
Como un infante desea
Abrazarte, acariciarte y llenarte
De besos.
Despierto, despierto
Y te busco
Entre la oscuridad
Entre quejidos y gritos
Y una extensión de dolor se prolonga
Quitándole el alimento a la esperanza.
Te he perdido,
Te he perdido.
Amor incomprendido
Hijo de la reflexión,
La soledad y del tormento.

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